Por nuestro derecho a maquillarnos como queramos

Hola queridas amigas, espero que a pesar del intenso frío hayáis tenido una hermosa semana. En mi caso he tenido que vivir muy de cerca una historia tan insólita como absurda, la cual necesito contaros y que está relacionada totalmente con el maquillaje y el trabajo.

Por si acaso, para proteger la identidad de nuestra protagonista y la voy a llamar Elena.

Elena fue contratada en una empresa hace algunos años por su buen perfil, su expriencia y su preparación académica y por supuesto por su carácter y polivalencia, para ser la secretaria del gerente de dicha empresa.

Elena es una de las nuestras, que se cuida la piel con buenos tratamientos, se maquilla, lleva las uñas muy bien cuidadas y cabello sano y se viste dentro de sus posibilidades bastante bien.
Está claro que los trabajos te encuentras de todo, chicas que no arreglan mucho, otras que si, otras que nada. En teoría en esta empresa todos los trabajadores han sido contratados principalmente por su profesionalismo y está claro que su presentación tiene que ser cuanto menos pulida y ordenada.
Cuando Elena empezó a trabajar en esta empresa en ningún momento se le llamó la atención ni por su manera de vestir, ni de arreglarse, ni maquillarse. Ella entendió que encajaba bien. Los años han pasado y hace un par de días, el gerente de la empresa le dijo lo siguiente a Elena, cuando estaban reunidos para planificar unos trabajos: " ahora mismo si te hago una fotografía estás perfecta, es decir es la imagen ideal para nuestra empresa, equilibrada sin exagerar, como si fuera un uniforme". Se estaba refiriendo concretamente a su maquillaje. Como es lógico Elena se quedó bastante descolocada con el comentario, pues era lo que menos se podía esperar que le dijera el gerente que no hace siempre más que hablar de trabajar, trabajar y trabajar. Elena no sabía si tomárselo como un cumplido, pero como es lógico le hizo gracia.
Pasaron un par de días y Elena se maquilló como siempre para ir a trabajar, sólo que ese día le apeteció para animarse un poco, pintarse los labios de rosa fucsia, el color Schiap de Nars para ser exacta. Coincidio que ese día tenía que reunirse con el gerente nuevamente y antes de comenzar la reunión, este señor le dijo: " te acuerdas que hace unos días te dije que ibas perfecta? pues hoy tengo que decirte "con todo el respeto de mundo" que vas muy arreglada". En otras palabras el lápiz labial le parecía demasiado llamativo. Como podréis imaginar Elena se quedó muda y no daba crédito a la tontería que estaba escuchando. La conversación se alargó y salieron varios temas en los cuales Elena le comentó que se sentía bastante incómoda con algunas compañeras que le faltaban al respeto y que ella tenía la sensación de que le tenía un poco de envida. Sabéis lo que le respondio su jefe? que a lo mejor ella tendría que cambiar y uniformarse de acuerdo como van las demás, que a lo mejor esa es la causa de esos problemillas, es decir que quizás ella se arregla más que las otras y que quizas debería imitarlas...
Es decir queridas amigas, que si una chica va en chandal y con keds a trabajar según este señor hay que imitarla? cuando se trata de una oficina seria donde hay una imagen corporativa que cuidar ( todos mis respetos para los chandals y los keds, pero todo tiene su lugar y su momento).
¿Quiere decir que si una persona en su trabajo no se cuida las uñas o el cabello hay que imitarla?
Según mi lógica, ¿no debería ser todo lo contrario?
Yo respeto a todas las personas y afortunadamente todas son libres de ir como quieran y no soy partidaría de juzgar a nadie por su aspecto.

Es que estamos hablando de maquillaje! una mujer ha sido señalada y juzgada por ponerse un lápiz de labio un poco más oscuro que el día anterior, cuando lleva haciéndolo desde que entró trabajar en esta empresa (aproximadamente 3 años).
No llevaba un escote hasta el ombligo, ni una minúscula falta, ni lo ha hecho nunca porque el perfil de la empresa es de vestir de una forma un poco más recatada.

Os digo sinceramente que esta situación me ha tocado mucho la moral, me parece subrealista, fuera de lugar, una gran falta de respeto a una buena profesional que siempre ha sido correcta y respetuosa y siempre se ha dejado la piel por hacer bien su trabajo.

Estoy de acuerdo que un jefe está en todo su derecho en señalar errores y exigir un trabajo eficiente y hacer todas las correcciones y rectificaciones necesarias, pero que le tenga que decir a una empleada después de tanto tiempo que su maquillaje hoy no encaja con la imagen de la empresa????

Y mañana que va a pasar? le va a prohibir a sus empleadas que se tiñan el pelo de un color u otro? Me parece que estamos hablando de una invasión de la privacidad de una mujer de una forma muy sutil, pero totalmente descabellada y fuera de lugar.

Chicas, puede que os parezca que mi reacción está siendo exagerada y lo respeto totalmente, pero considero que en una empresa y en esta en concreo de la que os hablo, hay problemas de verdad más serios que tratar, temas productivos y de mejora para la empresa, cumplir objetivos, etc.

No sé como os habríais sentido vosotras, pero la pobre Elena acabó el día con una depresión tremenda, se sentía humillada y dolida y sobre todo muy confundida.

Me despido ya. Lamento lo largo del post, pero necesitaba compartir esta historia con vosotras y de paso saber si alguna se ha encontrado en una situación similar. Gracias por leerme y por comentar.

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